Las jornadas Territorios Pastoreados 4 sirvieron para constatar la vulnerabilidad de la ganadería extensiva en el actual marco de políticas y mercados agroalimentarios, y el escaso reconocimiento y valorización de los múltiples servicios que aporta esta actividad.
Como ejemplo muy tangible de esto, el precio que percibe el ganadero por una canal de cordero es hoy en día el mismo que hace 30 años, mientras los costes productivos (compra de herrajes y suplementos alimentarios, tratamientos veterinarios, coste de la energía, etc.) se han incrementado de manera notable. No es pues ninguna sorpresa que la ganadería extensiva esté en plena caída; la cabaña de ovino se ha reducido a la mitad en los últimos 20 años, pasando de un millón a medio millón de cabezas de ganado en Cataluña. Descenso que se ve acompañado de un progresivo abandono del medio rural, con un aumento de las masas forestales sin ningún tipo de gestión y la llegada de los incendios de sexta generación: tormentas de fuego a los que el cuerpo de Bomberos no tiene capacidad técnica para hacer frente. Es necesario pues, recuperar la presencia humana y de ganados en el medio rural como manera más eficaz a largo plazo para conseguir paisajes culturales adaptados al cambio climático, y al mismo tiempo la producción de alimentos de calidad y de proximidad.
Por todo ello, las entidades, organizaciones y profesionales del sector participantes en TP4, coincidimos en que es necesaria una profunda revisión de la PAC y de los nuevos PDRs. Y a nivel de Cataluña y el estado español, formulamos las siguientes demandas:
- Necesitamos un marco legal específico que defina claramente qué es la ganadería extensiva, flexibilice los parámetros de competitividad establecidos y que incorpore medidas propias en relación con el tamaño de la explotación, la reposición, el sacrificio, las infraestructuras, la cadena de comercialización, el etiquetado, el valor añadido, y los servicios ambientales.
- Es necesario un diagnóstico catalán de la situación del sector de la ganadería extensiva, territorializado, y que establezca unos objetivos medibles de incorporación de pastores y cabezas de ganado extensivo, teniendo en cuenta y valorizando de manera explícita los servicios ambientales relativos a la mitigación del riesgo de incendios y la preservación del paisaje y la biodiversidad.
- Es urgente una revisión del coeficiente pastoral en zonas forestales para que se reconozcan las áreas donde la mayoría de pastores y pastoras jóvenes se incorporan y tienen acceso a la tierra.
- La red de mataderos de baja capacidad en el territorio (municipales, colectivos, o en las explotaciones) son una infraestructura básica para las pequeñas explotaciones ganaderas extensivas.
- Es necesario un entendimiento interdepartamental y una ventanilla única para facilitar la tramitación de la actividad ganadera, en particular en temas de territorio y sanidad, y que los pastores y pastoras se puedan dedicar verdaderamente a su oficio.
- Hay que facilitar el acceso a la tierra a las nuevas incorporaciones, así como acceso a vivienda y corral, y servicios básicos para la vida en el medio rural como internet 4G o 5G.
- Crece de manera continua el porcentaje de nuevas incorporaciones a la ganadería extensiva que son recién llegados que no provienen de familia campesina, y por lo tanto necesitan formación y vías de acceso al sector. La Escuela de Pastores de Cataluña es una herramienta estructural para este objetivo y requiere de un apoyo estable de la Administración y de acuerdo a la prioridad de este sector en la política de desarrollo rural del país.
- Reclamamos que la política de pasto en zonas estratégicas y franjas para la prevención de incendios sea un servicio reconocido pagado con un importe digno y no una ayuda.
Imágenes de Territorios Pastoreados 4
Para finalizar, recuperando las palabras de Marc Castellnou, jefe de los GRAF del cuerpo de Bomberos de la Generalitat y Presidente del Consejo Asesor de la Fundación Pau Costa: «el sistema de extinción está al límite y no tiene capacidad técnica ni operativa para hacer frente a los incendios de sexta generación que se harán más frecuentes con el calentamiento global. Por eso hay que invertir en paisajes más resistentes a los impactos del cambio climático, en un contexto de bosques más vulnerables al fuego.”
Apostamos por la ganadería extensiva como una forma de fijar población productiva y que cuida del territorio, en un medio rural en un preocupante proceso de despoblación.